Fuente: José A. Cano | elmundo.es
La Audiencia Provincial de Granada ha condenado a seis años de cárcel y pagar una multa de 6.840 euros, más indemnizaciones de 6.000 euros para cada uno de los afectados, a un hostelero de Atarfe, Granada, por los ruidos que generaba la terraza de su bar y que provocaron en los vecinos cuadros de ansiedad e insomnio.
Así, el hostelero, J.M.B., ha sido condenado por un delito contra el medio ambiente a la pena de seis años de prisión más multa, y por cuatro faltas de lesiones a cada uno de los vecinos denunciantes a indemnizar a estos con 6.000 euros por cabeza, según recoge la sentencia de la Sección Primera de la Audiencia de Granada a la que ha tenido acceso ELMUNDO.es.
J.M.B. era propietario del bar ‘Los Cazadores’, sito en la calle Gibraltar del municipio de Atarfe y que cumplía todos los requisitos legales, cuando en 2006 instaló una terraza de verano para lo que no pidió permiso y que mantenía abierta hasta altas horas de la madrugada saltándose todas las ordenanzas municipales al respecto.
En la terraza, el empresario instaló, al menos, dos televisores y una minicadena con altavoces, todos ellos sin los correspondientes limitadores acústicos que marca la ley, lo que provocó unas “inmisiones sonoras” superiores a las permitidas tanto conforme a la normativa andaluza como a las ordenanzas municipales de su localidad. Las mayores molestias las provocó a la familia denunciante, un matrimonio con dos hijas menores de edad en el momento de los hechos, y que residía en el edificio colidante.
Según se señala el escrito del tribunal, la música emitida por los aparatos instalados, las conversaciones y “demás ruidos” provocados por el funcionamiento de una terraza, perturbaron la “tranquilidad” y el “sosiego” de la familia, que no podía descansar “ni concentrarse en actividad alguna”.
Como consecuencia de esta situación, que se prolongó durante casi siete años, el vecino denunciante presenta ansiedad y necesita ansiolíticos para dormir, mientras que su mujer padece un trastorno ansioso depresivo reactivo e insomnio, además de migraña episódica, y sus dos hijas menores ansiedad y exacerbación de la migraña que padece una de ellas.
Técnicos de la Consejería de Medio Ambiente hicieron mediciones en marzo de 2011 constatando que el número de decibelios emitido por la terraza era superior a lo permitido, puesto que el límite se sitúa en 48 y la terraza nunca baja de 53 decibelios por noche.
El matrimonio presentó continuas quejas ante el Ayuntamiento de Atarfe, que acordó como medida cautelar el 12 de abril de 2011 el cierre de la terraza, pero J.M.B. no acató la orden municipal y mantuvo abierta la terraza. De hecho, solicitó los permisos y fue finalmente legalizada en marzo de 2012, después de estar un año cerrada legalmente, aunque funcionando a efectos prácticos.