Fuente: Noemi R. Navas | Diariosur.es

«No queremos que cierren las discotecas, simplemente pedimos su traslado. Cualquier día pasará algo grave y será entonces cuando nos escuchen». Son las palabras de José Velasco, uno de los vecinos de la calle Félix García Palacios, que estos días ha alzado la voz contra el botellón y la contaminación acústica en la zona de Camino de San Rafael, generada según denuncian por la apertura de las salas Leblón y Boss.
Por ello, tres colectivos -El Copo, El Duende y Cortijo de Torres- han decidido movilizarse y denunciar al ayuntamiento al considerar «que ha hecho caso omiso a sus quejas durante dos años». «El ruido no es lo único que han traído al barrio estas dos macrodiscotecas, sino actos vandálicos, suciedad y deterioro en nuestros portales, que se utilizan como urinarios públicos», expone Velasco, quien asegura que llaman a la policía «pero el alivio es momentáneo».
«Tras reunirnos varias veces con responsables de la Policía Local y con la concejala de Cruz del Humilladero, Teresa Porras, las sensaciones son malas porque, aunque hay voluntad de arreglarlo, no vemos que se cumpla la ordenanza de convivencia ciudadana. Queremos más vigilancia en la zona de jueves a domingo», dice este vecino.
Mermados por la falta de descanso, los residentes aseguran que el barrio ha perdido su tranquilidad e intentarán por todos los medios el traslado inmediato de las dos discotecas del polígono San Rafael, junto a la cochera de la EMT.
«En agosto estuvieron cerradas y el barrio era otra cosa. Es triste levantarse para trabajar y ver que te han roto el retrovisor, un cristal del coche o que te roben directamente. Hay jóvenes que salen a divertirse de forma sana y otros que beben un poco y pierden el control», lamenta Luis Carlos Velasco, portavoz de Cortijo de Torres.
Este representante vecinal admite que la culpa del problema no es de las salas, sino de la falta de civismo y, sobre todo, de sanciones. «Las discotecas lo tienen todo en regla, están insonorizadas. El asunto a tratar es cómo le dan una licencia de apertura junto a una zona residencial y menos que se permita el botellón en los alrededores. Además, desde la prohibición de fumar el ruido en la calle es insostenible hasta las cinco y las seis de la madrugada», sostiene el portavoz de El Duende.
Más de 700 firmas
Este colectivo tampoco ha dudado en sumarse a las querellas vecinales y se muestra a favor de que se considere esta zona de Cruz del Humilladero acústicamente saturada. «En Vélez-Málaga, los vecinos reivindicaron su derecho al descanso y han ganado la batalla a los bares y al botellón, lo que nos anima a actuar», plantea Manuel García. Los afectados incluso anuncian movilizaciones si no se toman medidas eficaces tras la denuncia.
El representante legal de El Copo, Cortijo de Torres y Camino San Rafael confirmó que los vecinos moverán ficha las próximas semanas, aunque no está decidido si será una denuncia o querella. «Los vecinos están desesperados y han reunido más de 700 firmas para acabar con los problemas de insalubridad y seguridad», concluyó el abogado Manuel Huertas, que representa a los tres colectivos vecinales.

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