Fuente: Raquel Garrido | malagahoy.es

 

Terrazas atestadas de gente durante todo el día, demasiados bares de música con mal aislamiento acústico y botellones multitudinarios. Los vecinos del centro histórico de la capital malagueña llevan años sufriendo esta situación y hartos de esperar una solución que no termina de llegar por parte del Ayuntamiento han decidido a partir de ahora denunciarlo ante los tribunales por los casos a los que no se dé remedio.

Los vecinos del entorno de las calles Císter y Alcazabilla sentaron un precedente cuando hace sólo unas semanas decidieron denunciar al Consistorio malagueño por “dejadez” a la hora de controlar y disolver a los miles de jóvenes que se concentraron para beber durante la Feria en esta zona y que les impidieron incluso entrar en sus viviendas. Ahora los residentes de la calle Nosquera, también en el centro, se plantean seguir el ejemplo y llevar por la vía judicial el exceso de ruido que sufren por culpa de los bares de música.

Así lo confirmó ayer a este periódico la presidenta de la asociación vecinal del Centro Antiguo, María José Soria, que insistió en la situación es “insoportable” y que a la vista de que consideran que “no hay interés político en solucionar este problema vamos a tener que tomar medidas drásticas y denunciar al Ayuntamiento”.

La presión que ejerce el sector de la hostelería y la larga tramitación burocrática que suelen llevar aparejados las denuncias por ruido hacen que sólo un tercio de los casos se solucionen antes de llegar a los tribunales.

La pasada Feria fue la gota que colmó el vaso para los vecinos que residen en la parte antigua de la ciudad, pero la concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Málaga, Ana Navarro, defendió la actuación de su área y aseguró que “somos muy estrictos en el cumplimiento de la ordenanza y hacemos todo lo que está en nuestra mano”.

Los bares de música del centro, señaló, están continuamente controlados y “si hay alguno que incumpla los niveles de ruido o no tiene licencia es sancionado e incluso se le precinta el equipo de música”. La edil achacó a la ley antitabaco el incremento de las quejas por ruido debido a la gente que sale a fumar a la calle y “lo difícil es que la Policía Local los pille en el momento”.

Aunque los vecinos del casco antiguo de la ciudad aseguran que la culpa no la tiene la ley antitabaco que entró en vigor el pasado 1 de enero y que el problema viene de mucho más atrás, la Oficina del Defensor del Ciudadano de Málaga ha recibido 42 quejas desde principios de año por problemas de ruido. La mayoría son por el incumplimiento de los horarios establecidos para las terrazas de bares y restaurantes que “no quieren perder la clientela fumadora y alargan la hora del cierre sin pensar en el perjuicio de los que viven en la zona y quieren descansar”, explicó el defensor del Ciudadano, Francisco Gutiérrez.

Otras ocho quejas recibidas por esta oficina se refieren al ruido producido por discotecas del centro que no respetan los niveles permitidos. Pero el problema no sólo se reduce al centro histórico, la zona de Echevarría de El Palo y Huelin, y parte de Teatinos también concentran altos niveles de ruido que está desesperando a los vecinos. Según Gutiérrez, la situación se ha agravado en los últimos meses y “el descanso es un derecho constitucional que si no lo resuelven los ayuntamientos sólo queda la vía judicial que es la que está dando muy buenos resultados”.

La solución a esta situación no resulta tan fácil para la concejal de Medio Ambiente, que recordó la necesidad de “compatibilizarlo con los intereses de un sector económico que está dando mucho trabajo en esta época”.

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Oficina de Ingeniería Acústica, domótica y telecomunicaciones

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